La expulsión de tres altos funcionarios de la embajada de los EE.UU. en Caracas, entre los que se encuentra la encargada de negocios Kelly Keiderling, por supuestos actos de sabotaje, gesto que fue rápidamente replicado con la expulsión del encargado de negocios de Venezuela y otros dos funcionarios de esa embajada en Washington, es el corolario de un infeliz periplo a la China, que le tocó realizar al anecdótico presidente venezolano.

Tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe. Nunca mejor empleado este adagio creado por Cervantes en “El Quijote”, donde advierte que: “el que se expone frecuentemente al peligro acaba al final por salir dañado”, y nunca mejor aplicado ahora, para graficar la precaria situación por la que atraviesa Nicolás Maduro, como fruto de sus continuos desplantes y pachotadas.

Esas sandeces que a un inicio parecían pintorescas, colmaron la paciencia de los más ingenuos y, al convertirse en evadas, pasaron de ver pajaritos; dormir al lado del féretro del micomandante; multiplicar penes, hasta interferir una llamada de su coronel, que desde el más allá denunciaba angustiosamente a su hermano Adán, su situación de secuestrado y estar preso de fuerzas ocultas que están llevando al país (Léase a la familia Chávez) a su más completa desgracia.

Después de su infructuosa gira a Pequín, donde esperaba conseguir unos dólares que le ayuden a frenar la hiperinflación que está asolando Venezuela, tuvo que volver con las cajas destempladas, ya que los chinos, abriendo los ojos, le ofrecieron en género, pero nada en efectivo. Entonces comenzó la debacle. Tras desayunarse con la noticia de que su enemigo político Rafael Eduardo Isea Romero, ex militar, ex ministro de economía de Chávez, ex gobernador del Estado Aragua y uno de los asistentes más cercanos del finado, acababa de acogerse como testigo a la DEA, al enterarse de que sería vinculado al caso de un jet que despegó del aeropuerto de Valencia el 12 de agosto del 2012, con 1.4 toneladas de cocaína, alijo que fue descubierto finalmente el 11 de Septiembre en el aeropuerto Charles De Gaulle de Paris, en 31 maletas que iban a bordo del vuelo 385 de Air France.

Siendo Rafael Isea, como se dijo, enemigo declarado de Maduro, recién uno se explica la notoria ausencia de éste en la Asamblea de las Naciones Unidas en Nueva York. Él mismo afirmó que había recibido informaciones sobre “dos provocaciones graves” contra su visita a los EE.UU. Una de las provocaciones “estaba pensada inclusive para afectar mi integridad física” dijo, y la otra “podría ocasionar una circunstancia de violencia en Nueva York”. La verdad es que la inminente captura de Maduro por la DEA pudo producirse al sobrevolar territorio norteamericano, sin llegar todavía a la sede de la ONU.

Si a estos infortunios añadimos la espantosa escasez de 50 productos básicos de la canasta familiar y lo excesivamente caro de otros quinientos; luego le sumamos el diario número de riñas en los mercados; y a ello multiplicamos las huelgas y protestas populares que muy fácilmente pueden degenerar en grandes saqueos, estamos ante la triste realidad de que este gobierno no va más y, por el contrario, es un esperpento que está que se cae de maduro.

Autor: Álvaro Riveros Tejada