El régimen de Evo Morales prepara un nuevo show for export en la Isla del Sol, ahora en ocasión del “Fin del Mundo” apócrifamente profetizado para el 21 de diciembre, fecha en la cual, según los aymarólogos gubernamentales, se dará inicio al mesiánico “Pachakuti”, cuando los “guerreros del arco iris” gobernarán la Tierra.

Por supuesto, el cabecilla del asunto ha sido el siempre sorprendente canciller Choquehuanca, experto en este tipo de elucubraciones esotéricas, que alimentan ideológicamente al “socialismo comunitario” del MAS.

Recordaremos que, meses atrás, el canciller vaticinó que para el 21 de diciembre se acabaría el dominio de la Coca-Cola y comenzaría la Era del Mocochinchi.

Sinceramente, no creemos que esto suceda, ni el Apocalipsis (que, según los antropólogos más serios, los mayas no profetizaron) ni el comienzo del Pachakuti. En cambio, por estas fechas el descalabro monumental provocado por el caso de mega-corrupción en el gobierno evista permite decir que estamos viviendo una suerte de “Fin del mundo masista”.

En cuanto proyecto, horizonte de futuro o discurso movilizador, el Estado Plurinacional está en ruinas. Súmese a esto que cada será más difícil para los altos mandos hacer que los mandos medios tomen responsabilidades escabrosas, vista la costumbre de convertirlos posteriormente en chivos expiatorios.
Por lo tanto, el régimen se verá en serias dificultades prácticas para operar sus “maniobras envolventes” de aquí en adelante.

Probablemente, este Apocalipsis del masismo no sea un hundimiento repentino, sino que se parezca más a un lento y vergonzoso ocaso…